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viernes, 21 de septiembre de 2012

tatuaje, moda y cultura

Los tatuajes son una moda, pero que no es pasajera, ya que avenirse a la realización de una iconografía en el cuerpo implica una decisión para toda la vida. Hay quienes lo hacen porque simplemente se usa, mientras otros tienen total convencimiento de que es un culto hacia su cuerpo. Sin embargo, es importante tener en cuenta todos los pormenores de su artística, ya que si no se cuidan bien, podrían contraer infecciones.


Mientras los tatuajes y los piercings tratan de abrirse camino en una sociedad cada vez más abierta, surgen nuevas formas de estética mucho más radicales y sorprendentes: los tattoos por escarificación y branding, los implantes subcutáneos y las mutilaciones. Algunas de estas técnicas tienen miles de años de antigüedad, como las escarificaciones, que llevan practicándose en culturas como la Maya desde tiempos ancestrales. 
Hoy, en todo el mundo se puede ver cada vez a más personas con estas nuevas formas de estética extrema.

El tatuaje por escarificación es uno de los más antiguos del mundo. Se trata de hacer cortes en la piel mediante un bisturí para conseguir cicatrices en forma del dibujo deseado. Otras civilizaciones americanas y africanas, además de la Maya, ven las escarificaciones como algo estético y bello. Hoy día no tiene otro fin que lo estético, pero hay quien piensa que se trata de una simple forma de autolesión. 

Los tatuajes y la salud

jueves, 20 de septiembre de 2012


Los tatuajes: historia, simbología y tradiciones

Desde la Edad de Piedra hasta nuestros días, la simbología y las tradiciones de los tatuajes a lo largo de la Historia son apasionantes.
La historia que conocemos se remonta a la Edad de Piedra. En 1991 se encontró en un glaciar a un cazador de la era Neolítica; tenía la espalda y las rodillas tatuadas. Antes de que fuera descubierta la momia del cazador, la persona tatuada más antigua era la sacerdotisa egipcia Amunet adoradora de Hathor, diosa del amor y la fertilidad. Vivió en Tebas alrededor del 2000 a.C., sus tatuajes, de un estilo muy similar o los de la momia del cazador, son lineales y simples con diseños de puntos y rayas.
En la cueva prehistórica de Aurignac se hallaron pequeños huesos puntiagudos que se cree pudieron haber sido usados para tatuar. 
Los antiguos pobladores de la Polinesia fueron los primeros en grabarse motivos en la piel. Los hombres se tatuaban hasta tal punto que no quedaba un trozo de piel desnuda en su cuerpo. Es la Polinesia el lugar que tiene la reputación del tatuaje más artístico en el mundo antiguo, caracterizado por figuras geométricas.
De hecho el término "tatuaje" (tatoo en inglés, pronunciado tatú) tiene un origen polinesio. Más concretamente en la palabra polinesia "ta" que significa golpear o en la expresión "tau-tau" utilizada para hablar del choque entre dos huesos.
El estilo Moko Maorí de Nueva Zelanda, por ejemplo, era un tatuaje tribal que identificaba a cada individuo y su estatus dentro de un grupo. Hacía a la persona única e inconfundible. Cuanto más complicado era el diseño del tatuaje mayor era el ascenso en su rango social. Se tatuaban de la cabeza a los pies, comenzaban a los 8 años y era un proceso lento y doloroso; los tatuajes se embellecían y renovaban durante toda la vida.
En sus espirales tatuados pensaban los maoríes que podían atrapar la energía cósmica. Si el difunto no tenía tatuajes protectores la hechicera se comería los globos oculares, el alma quedaría ciega y no podría hallar el camino a la inmortalidad. Por eso, si alguien moría sin tatuaje, los maoríes tatuaban el cadáver.
En las Islas Marquesas "un cuerpo sin tatuar era un cuerpo estúpido". Tenía un profundo Significado Erótico Sexual. Las mujeres se tatuaban los dedos de las manos y las orejas con finísimos dibujos y sobre la vulva símbolos obscenos. Los hombres se tatuaban todo el cuerpo, la nariz, los parpados, la lengua y el cuero cabelludo. Pero también tenía un Significado Mágico Religioso porque para ellos la piel tatuada era una armadura de protección física y espiritual. Cuando uno de estos hombres moría, sus mujeres le quitaban la piel, pues al guardián del paraíso le desagradaban los tatuajes. Sin trazas de tatuaje, volvía al estado de pureza, podía ser enterrado en tierra sagrada y su espíritu podía elevarse al paraíso.
Los nazis, en sus campos de exterminio, tatuaban a los prisioneros con un doble significado: Identificación y Humillación, porque la ley judía prohibía las marcas en el cuerpo. Eran los propios deportados los que tatuaban a los prisioneros pero, sólo, a los “protegidos” los demás morían sin identificar.